Kiván Quiñones: más allá del pincel

Fotos por: Edrian Rodriguez (@edrianrod)

Luego de algunos dos o tres pisos en un edificio en Santurce, una puerta te dirige hacia un área dedicada a la creación y exploración a través de la pintura. Es un espacio abierto, con el caos de la ciudad a un lado de la ventana y del otro lado, el caos de libros, pinturas, telas, piezas vistas, otras que aún no se han exhibido, y una pizarra completamente llena de escritos que, aunque a simple ojo podrían lucir aleatorios y “desorganizados”, han sido cuidadosamente seleccionados a modo de inspiración; este espacio sirve como sede del joven artista, Kiván Quiñones.

Aunque sus primeros pasos en el arte se dieron con mayor interés hacia la música, sus clases de pintura para ese entonces funcionaron como guía, permitiéndole ver la interacción de ambas ramas y cómo estas conectaban entre sí de manera constante. Sin embargo, no fue hasta su primer año de universidad que el artista optó por dar una mirada más cercana a la pintura.

“Recuerdo tener una conversación en mi primer año de universidad, con un profesor que no recuerdo su nombre en el momento, y estábamos hablando específicamente de los 80. Yo le mencioné lo mucho que me gustaba el pintor Julian Schnabel y nos fuimos en ese viaje…” recordaba Kiván, mientras buscaba entre su biblioteca personal un libro del pintor.

Con una de sus mayores inspiraciones en mente, el artista comenzó a adentrarse en el mundo de la pintura y, desde entonces, se ha permitido la flexibilidad de jugar con distintos escenarios, distintas texturas y el sinnumero de sensaciones al pintar. Su pintura, catalogada como abstracta, se ha convertido en una exploración de llevar su arte más allá del pincel.

¿Cómo lo hace? Kiván expresó dividir su pintura en dos áreas: su búsqueda ancestral y lo que refleja su presente. Ejemplo de esto lo vemos en una de sus piezas recientes, “Nefertiti”- pieza que utilizamos como inspiración para la portada de esta edición.

“Nefertiti” fue realizada para la exhibición “Entre Sueños, Entidades” y, según nos explica el autor de la obra, dentro de la línea de pensamiento de todo lo que estaba creando en el momento, siempre estuvo presente su mamá y, a la misma vez, Nefertiti- ambas vistas por Kiván como figuras de empoderamiento y fuerza. La creación de esta pieza comenzó con mucha lectura sobre temas de Egipto, la exploración continuó en su subconsciente a través de un sueño que tuvo sobre la reina egipcia, Nefertiti. Luego, vino la pregunta: ¿Cómo plasmar algo tan abstracto?

Así surgen muchas de sus piezas: como continuaciones de sueños y del subconsciente del artista, luego de haberse sumergido en lecturas o temas de distintas culturas y lugares. Es de esta manera que Kiván se permite recorrer experiencias que pudieron haber vivido sus ancestros, mientras se dedica a vivir las suyas propias, encontrando en la pintura una manera de plasmar ese balance entre el pasado y el presente.

“Mi punto de partida para descubrir quién soy es mirar para atrás y comenzar a explorar toda esa gente que caminó antes de mi, ver cómo se sintieron, qué pasó ahí…” recalca el artista, siendo esta mirada hacia el pasado una constante en su proceso creativo y de identidad.

En medio del estudio santurcino, funcionando como elemento que separa su espacio del de otro compañero artista, se observa una pizarra completamente desbordada de escritos. En “la sopa de todo”, como le describió, se encuentran fragmentos de lecturas, líneas de canciones, rituales, frases de mentores y amigos, mapas… Es un reflejo de todo lo que transcurre por la mente del artista en el momento; definitivamente una muestra clara de cómo su entorno influye en su pintura y procesos. Mirar el resto del espacio, te permite entender que el llevar su arte más allá del pincel no solo recae sobre lo abstracto, sino que va a niveles más literales también: en muchas ocasiones, el artista suelta el pincel para utilizar algunas herramientas menos convensionales, como mapos y cubetas. De igual manera, Kiván prefiere utilizar telas como canvas, dejándose llevar por el sentido de flexibilidad y libertad que le brindan.

Son esos mismos sentimientos los que guían al resultado final de sus pinturas. Aunque comienza con una idea en mente, Kiván aseguró que el permitirse que la pintura hable y le lleve, en vez de limitarla a ciertas reglas o a una idea de lo que debería ser, es lo que hace que todo funcione.

Basándose en experiencias personales, el artista recalcó 2 consejos que, aunque algo cliché a su entender, son necesarios para dar un paso hacia adelante en el arte: no tener miedo a nada y pensar fuera de la caja.

“¿Por qué esperar si quieres exhibir? ¿Por qué esperar por una persona o por el museo?”

El artista ha tenido la oportunidad de presentar en distintos espacios, como Amor Fuego y Pública, y recientemente acudió a la presentación de una instalación en medio de la Avenida Juan Ponce de León. Aunque, por el momento, su interés es continuar su trabajo en Puerto Rico, influenciado por sus circunstancias actuales, el ambiente artístico que le rodea y su círculo de amistades y mentores, sabe que el futuro le depara otros espacios. En enero de 2022, Kiván tendrá su primera exhibición fuera de Puerto Rico, específicamente en St. Louis, una oportunidad que le permitirá ir abriendo puertas en otro mercado.

Para conocer más sobre el artista, sus piezas y futuros proyectos, pueden visitar su portafolio en línea o sus redes sociales.

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