Hellvira: from hell to holy hell

Fotos por Edrian Rodríguez (@edrianrod)

Luego de celebrar el primer año de Trasiego poniendo en portada algunos de tus empresarios, marcas y artistas favoritos, nos dimos a la tarea de hacer nuestro research y reunir algunos otros puertorriqueños que están dando mucho de qué hablar… And we hear them loud and clear!

Este segundo ciclo de Trasiego, lo comenzamos con una barbera que se ha destacado por sus inusuales recortes and edgy looks: Elvira Ramos Cortés, mejor conocida como Hellvira. Con aproximadamente 4 años de experiencia, Hellvira se ha convertido en LA BARBERA (caps lock needed), ofreciendo su silla a toda persona que busque un cambio o una manera de expresarse a través de su cabello.

Desde nuestro punto de vista, ha logrado crear una clientela fiel a sus servicios –más allá de por su talento con las tijeras y la máquina-, porque les entiende, principalmente, por haber tenido varias etapas en su vida donde el cabello fungió como su medio de expresión primordial y tuvo un rol importante en su trayectoria para encontrarse.

Yo siempre me vi bien diferente a mi familia”, nos confesó Elvira, mientras nos trasladamos a sus etapas de adolescencia, en medio de una familia conservadora, y a momentos en los que en la escuela se tendían a separar los “weird ones” del resto.

Una vez Elvira se gradúa, decide entrar a la Universidad a estudiar enfermería: una carrera que, aunque hubiese podido continuar y realizar exitosamente, no se visualizaba ejerciendo todos los días. Mas bien, sentía que debía irse por un camino más creativo y en el cual pudiese continuar experimentando con su manera de expresarse.    

¿Cómo, entonces, llega a la barbería? Aunque su primera pisada en una barbería la dio cuando pequeña y tiene varios familiares barberos, su primer encuentro real fue en la adolescencia. Durante una etapa de varias complicaciones emocionales, Elvira decide visitar una barbería y hacerse un cambio de imagen bastante radical para este momento: raparse un lado de la cabeza. Pero no se detuvo ahí… Al llegar a su hogar y mirarse al espejo, sintió la necesidad de completar el “look” y darle un último empujón hacia el estilo que buscaba. Frente al espejo de su casa, con la máquina de su padre en mano y muy a ojo, decide pelarse el otro lado. Fue así cómo, en sus propias palabras, comenzó su obsesión con la barbería.

El experimentar y expresarse a través de su cabello, pasó a ser un safe zone dentro de las constantes luchas contra las expectativas de cómo debería ser y cómo debería verse.

En la búsqueda de encontrarse consigo misma, Elvira comenzó a pasar por manos de varios estilistas y barberos, viviendo la necesidad de que hubiese un solo lugar que le trabajara todo. Intrigada por la industria y deseosa de aprender del tema, opta por cambiar su rumbo de estudios y entrar a un beauty school. No obstante, en esta etapa de transición, tuvo que hacer una pausa en sus planes al llegar la noticia de su embarazo, y comenzar una etapa de transición completamente distinta a la pensada originalmente.

¡Y no vino mal! Según nos comenta Elvira, la pausa le ayudó a escoger mejor la escuela en la cual quería estudiar, Modern Hairstyling Institute, y le ayudó a concentrarse en su estilo: cortes cortos con estilos asimétricos, “edgy” y simplemente distintos a lo que acostumbramos a ver. En esta etapa, Elvira reconoce que fue su padre quien le sirvió de gran apoyo y soporte para poder estudiar, cuidar de su hijo y comenzar a adentrarse en la industria.

Lo que no me esperaba eran todas las puertas que se comenzaron a abrir desde que comencé a estudiar”, aseguró la barbera. Pero esto no llegó sin sus otras dificultades, pues en una industria liderada por hombres, ser mujer (y ser mujer mamá) es una constante necesidad de probarse como profesional.

Dentro de las anéctodas que nos compartió Elvira, se encuentra el recuerdo de las prácticas de cortes y cómo se le dificultaba encontrar voluntarios, una experiencia completamente distinta a la de sus compañeros varones que no recibían dudas algunas. Tener que ganarse el respeto de otros en la industria o en camino a ser parte de la industria, fue una situación palpable en su trayectoria.

Ha sido una lucha interna y física… No es lo mismo ser un papá barbero a ser una mamá barbera”, nos comentaba la empresaria y creativa reiterando que, lamentablemente, es su realidad actual más retante. “Sí. Ser mujer dentro del campo ha sido un reto, pero yo no lo veo como algo que me impida serlo… Para recortar, solo necesitamos las manos, los ojos, la creatividad, visión y amor por lo que estás haciendo”.

Es en su tiempo en “la Modern” (Modern Hairstyling Institute) que nace Hellvira: una persona más segura que sobresale y sobrepasa todas las malas experiencias, y que nace del “infierno” que tuvo que pasar antes de llegar a la barbería, como nos describe Elvira.

“Lo veo como algo fuerte, como el fuego. Vengo a quemar. Vengo a fuego”.

Ya casi al otro lado de sus estudios, Elvira había ganado confianza suficiente en sí misma para comenzar a hacer trabajos a domicilio y, poco a poco, darse a conocer. Al graduarse, en septiembre de 2018, la reconocida barbería Hipnotik le hizo acercamiento para que fuese parte del equipo. Luego de algunas remodelaciones al espacio, en octubre del mismo año, este pasó a ser the first home away from home para Elvira. Talk about letting the job do the talking! Fue aquí dónde logró adquirir algunos de sus mentores y primeros clientes estables, y donde comenzó a traer de vuelta el reconocido “mullet”.

Yo siempre he dudado de mi capacidad, pero dando para atrás y viendo estas cosas, puedo ver que sí tenia la capacidad y que la gente lo estaba viendo; y querían darme el break cuando, en esos momentos, yo sentía que era nadie”.

Luego de un año en Hipnotik, el comienzo de pandemia obliga a Elvira a moverse e intentar otras maneras de generar ingresos fuera de los espacios de la barbería. Sus caminos se dirigieron nuevamente al trabajo a domicilio, hasta que su vehículo no dio para más y, en verano de la pandemia, se topó con el hecho de tener que detenerse, entrando en dudas de si podría continuar su trabajo en medio de tanta incertidumbre. Al notar la situación en la que se encontraba, Zal y Des -amigos de años y dueños de Necromancy Cosmetica- ofrecieron un espacio en su tienda, ubicada en Río Piedras, donde Elvira podría recortar y crear su propia agenda de trabajo.

Ya había tenido sobre un año de experiencia en Hipnotik, así que fue como que ‘Ok. Vamos a apretarnos la correa que hay que meterle’ ”, comentó Elvira en medio de risas.  

Con la ayuda económica que llegó durante esos tiempos, Elvira pudo invertir en sus herramientas de trabajo y en su nuevo espacio, y comenzar su negocio, cumpliendo en julio de este año dos años en Necromancy.

 “Estoy en un punto que yo jamás imaginé que iba a estar. Tengo mucho trabajo y ha sido algo que no me he tenido que esforzar en cuestiones de promocionarme o buscar clientes… Mi trabajo habla por mi y siento que ahí es dónde está el respeto de las personas”, reconoció la barbera ser esta una de las piezas claves para el avance escalado de su negocio.

Sin embargo, más allá de su trabajo, Elvira asegura que es primordial para ella conocer a su clientela, interactuar y tener una conexión con quienes se sientan en su silla, y que es esto lo que le ha permitido fortalecer su negocio de una manera orgánica. Mucho de este sentir se lo ha reforzado su clientela trans, una clientela que Elvira comparte ser de suma importancia en su espacio, pues parte de su misión como barbera es buscar eliminar la división que crea la idea de “cortes masculinos” o “cortes femeninos”.

Yo quisiera que las personas entren a un espacio donde se sientan cómodos… So parte de estar dentro de este cuartito ha sido darle un espacio seguro a los clientes, de que sepan que no van a ser juzgados y que nadie les va a faltar al respeto… Algo bien importante de mi trabajo sería, además de quitarte el pelo, quitarte el peso emocional”.

Elvira se ve expandiendo su negocio en un futuro con su propia barbería en Rio Piedras, incluso en sus planes estٔá ampliar su experiencia con marcas y seminarios, y el poder viajar para recortar en distintos lugares. A corto plazo, visualiza una página web donde sus clientes puedan compartir sus experiencias en la barbería y, más allá de eso, pueda ser un medio de expresión para compartir cómo sus cambios físicos les han ayudado en cambios internos.

Para conocer más de Hellvira o sacar cita, puedes visitar su perfil de Instagram.

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