Tropik Pole: una mirada al pole dancing

Fotos por: Edrian Rodríguez (@edrianrod)

Recientemente, se ha podido observar el gran desarrollo de una comunidad que practica la disciplina del pole dancing, abriéndole mayor camino a la profesión en una sociedad donde la norma son los estigmas sobre el tema.

El entretenimiento adulto en Puerto Rico ha ido en una transformación lenta, pero segura, en la cual cada vez son más las personas interesadas en divertirse, ejercitarse, trabajar y conectar consigo a través del baile en tubo. Ya que, además de ser una práctica y expresión erótica, el pole dancing es una de las disciplinas que se consideran más completas: a largo plazo se obtiene flexibilidad, fuerza, estámina y coordinación. Incluso, han sido muchas las personas que han compartido sus beneficios emocionales y mentales.

Para adentrarnos un poco en la evolución de la industria, acudimos a Tropik Pole: uno de los primeros estudios en Puerto Rico de pole training. Es aquí donde la performer, instructora y dueña del estudio, Jolene, nos habla sobre los cambios que ha podido percibir en los pasados años.

“¡Claro! Hay una transformación, porque se hace más accesible. Ya deja de estar tan privado, tan oculto” comentaba Jolene, mientras hacía énfasis en la importancia de que el desarrollo del pole dancing se continúe llevando de manera saludable y en respeto a sus raíces.

“Si no hubiera sido por el mundo del entretenimiento adulto, esto no existiría como existe hoy, y eso hay que respetarlo. No podemos decir que no hacemos club y que no somos parte de eso, porque sí lo somos. Una cosa no se desliga de la otra”.

Jolene, conocida así por su stage name, creció con un interés palpable hacia el pole. Sin embargo, aún no encontraba la manera de adentrarse a la industria en Puerto Rico. Su primer encuentro oficial con la disciplina fue en una visita casual a New Orleans, donde tuvo oportunidad de tomar su primera clase de pole dancing, hace aproximadamente 6 años. Fue allí donde de estudiante, pasó a manager y, luego de certificarse, comenzó su jornada como instructora.

“Yo siempre quise ser una bailarina de entretenimiento para adultos, pero aquí en Puerto Rico no era una posibilidad… Usualmente se ve esto como que, cuando tienes una súper necesidad, pues te conviertes en stripper, pero yo no tenía necesidad específica, yo lo que quería era ser stripper. Era mi sueño”, recordaba la dueña de Tropik Pole.

Estando en New Orleans, no solo tuvo oportunidad de viajar a distintos estados para certificarse en pole y twerk, sino que finalmente cumplió su sueño de bailar en clubes junto a compañeras y, de esta manera, trabajar para la industria del entretenimiento adulto.

Durante este tiempo, Jolene viajó varias veces a Puerto Rico para realizar colaboraciones, workshops y hacer sus -ahora muy conocidos- “twerk parties” en lo que es su actual espacio. Hasta que, tan reciente como en febrero del pasado año, regresa a la isla con ánimos de abrir su propio negocio y, poco a poco, fortalecer la industria de pole. Gracias a una comunidad que fue creciendo durante sus recurrentes visitas a la isla, logró establecer rápidamente su estudio de pole dancing, siendo Tropik Pole el primer estudio en Puerto Rico enfocado en este entrenamiento.

“Esta comunidad apoya muchísimo. Estaban bien deseosos de que abriera el estudio… Tuve chicas que me regalaron pintura [para el espacio], que vinieron a darme la mano, que me regalaron sillas para poder hacer esas clases de sillas”.

Entre el proceso de optimizar el espacio y añadirle pisos, espejos y otros detalles importantes, Jolene comenzó a brindar clases privadas. En un abrir y cerrar de ojos, la bailarina ya se encontraba con el estudio listo y sus nuevas clases grupales sold out. Precisamente, es durante este mes de febrero que Tropik Pole celebra su primer aniversario, junto al continuo crecimiento de sus estudiantes. Esto último es uno de los propósitos fundamentales que expresó Jolene para con Tropik Pole: su enfoque es ayudar al desarrollo de la comunidad de pole, no solo a través de sus clases, sino también trayendo maestros y certificadores a Puerto Rico, para que amantes a la disciplina se puedan certificar en la profesión.

“Fomentar un desarrollo saludable en el pole es la misión número uno” comentó la empresaria e instructora, mientras finalizaba recalcando que los espacios de clases tienen que ser espacios abiertos para strippers, pues la comunidad del pole es una y, aunque los ambientes suelen ser distintos, no hay manera de desligar el pole dancing del club.

Tropik Pole ofrece clases de pole por niveles, clases de twerk en formato de fiesta, seminarios de clases de silla y clases privadas de lyra. Para más información sobre las clases o reservar espacios, puedes acceder a Tropik Pole en sus redes sociales.

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