Regner Ramos: evolución. espacios. la llegada a Milán.
Conversar con Regner Ramos es adentrarse en un mundo donde la arquitectura, la identidad y la creatividad convergen de maneras inesperadas. Desde su niñez en Aguada hasta su trayecto por Londres y su regreso a Puerto Rico, su historia está marcada por la búsqueda (y el encuentro) de espacio propio.
Fotos por Edrian Rodríguez (@edrianrod). Entrevista por Cristina Carradero (@cristinacarradero). Stylist: José Gabriel (@thejosegabrieel).. Vestimenta en colaboración con Black Lagoon y Novus.
Sueños de infancia y el paso a la arquitectura
“Yo no quería estudiar arquitectura”, comenzó confesando el Dr. Regner Ramos. “Desde chiquito, yo siempre fui bien creativo, me gustaba jugar con LEGOs, me gustaba dibujar, me gustaba imaginar escenarios”, nos decía. Sin embargo, lo que se visualizaba haciendo para ese entonces estaba relacionado al mundo de las películas: quería ser actor.
De la mano de los consejos de su padre, una figura que resuena a través de nuestra conversación, y con las opciones que veía al momento de entrar a universidad, optó por explorar la arquitectura. Aunque su amor por crear siempre fue claro, de una manera u otra, su camino fue menos lineal de lo que parece.
Inició sus estudios en la Interamericana de San Germán, con la posibilidad de transferirse a Milwaukee. Cuando llegó el momento de brincar al frío, decidió cambiarse a la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Esta movida no solo le permitió completar su formación en arquitectura, sino que también marcó el inicio de su exploración personal.
Un refugio en la metro y en la UPR
"Yo no sé cómo hubiese sido mi identidad si me hubiese quedado en San Germán o si hubiese estudiado en otro lugar... En San Juan había ya para esos momentos cultura gay y cultura queer; en San Germán no se veía”, explicaba Regner, enfatizando en que al comienzo de los 2000s el panorama era distinto al actual. “Allí no me atrevía a experimentar”, añadió.
Al establecerse en San Juan, específicamente en la UPRRP, Regner fue explorando una comunidad diversa y espacios donde podía jugar con su identidad sin miedo a burlas y estigmas. “Se convirtió en un safe zone para descubrir quien yo era", recalcó.
Este período de autodescubrimiento no solo impactó su vida personal, sino que eventualmente influenció su trabajo académico y creativo.
La salida de Puerto Rico
“Yo me gradué Magna Cum Laude, listo para comerme el mundo después de no haber dormido por los últimos 5 años, y no había trabajo para mí”, recordaba al hablar de sus intentos por adentrarse en el mundo laboral una vez terminados sus estudios. El contexto económico de Puerto Rico lo terminó obligando a salir y a optar por otras opciones. Entre su papá y algunos profesores, encontró el impulso para hacer su PHD en Londres y regresar con mayor fuerza.
Aunque fue un choque cultural enorme, Regner Ramos abrazó el salto: “De repente el mundo se abrió, y todo era posible”.
Comenzó a escribir para revistas, a impartir conferencias, a trabajar en exposiciones y a explorar nuevos métodos de investigación.
“Descubrir quien yo soy significó desaprender mucho de lo que creía”.
El regreso y la construcción de nuevos espacios
En 2016, Regner regresó a Puerto Rico. “Me aterraba que mi papá pensara que yo fracasé”, nos compartió. Sin embargo, su retorno fue una jugada estratégica: eventualmente consiguió una posición como profesor en la Escuela de Arquitectura de la UPR y, con el apoyo de fondos adquiridos, pudo adentrarse en investigaciones sobre la relación entre el espacio, la identidad y la comunidad LGBTQ+ en la isla. Sin saberlo y sin esperarlo, sus investigaciones pasaron a ser gran parte de lo que guiaría su futuro.
Rumbo al Triennale Milano
Ramos ha cumplido varios milestones en su vida y en su carrera, y si le sigues en las redes, no tomará mucho notarlo. Entre su proyecto Cüirtopia -también convertido en podcast, sus cursos universitarios, sus colaboraciones con grandes marcas y la redacción de algunos libros que se asoman pronto, pareciera que lo ha hecho todo. Pero con una noticia recibida el año pasado, ahora sí lo confirmamos.
En 2024, cuando a Regner le llegó la invitación para participar en la Triennale Di Milano, inicialmente hubo una pausa y varias dudas. Lo que en un momento fue un cortometraje ubicado en un museo de Roma, se transformó en una de sus oportunidades más grandes. "Fue uno de esos proyectos que yo nunca busqué. Simplemente llegó", cuenta. ¡Y qué proyecto! El evento, que reúne a algunos de los arquitectos, diseñadores e investigadores más innovadores del mundo, le ofrecía un espacio para exponer su trabajo sobre la relación entre la comunidad queer y los espacios arquitectónicos, teniendo la oportunidad de presentar por primera vez un Pabellón de Puerto Rico.
Siendo “Desigualdades” el tema del Triennale este año, Regner tenía claro que la historia que compartiría en su espacio debía ser urgente.
Su participación estará marcada por lo que nos contó será su titular: “Había una vez y dos son tres feminisitios”, una instalación que explora cómo el espacio físico influye en la violencia de género. “Explico cómo esto es también un asunto de lugares, además de política y cultura. El problema también es de espacios que facilitan la invisibilización de ciertas vidas”, explicaba el arquitecto. Su pabellón será una estructura recogida, pero potente, con la intención de provocar preguntas y reflexiones en los espectadores.
“Muchas veces la gente piensa que lo queer es algo reciente, como un trending topic, pero nuestra historia siempre ha estado ahí, en recovecos, en barras improvisadas, en espacios invisibilizados”.
Para llevar su pabellón a Milán, ha trabajado de la mano de un equipo de siete estudiantes de arquitectura. “Son una generación muy distinta a la mía, pero tienen unas ganas increíbles de dejar su huella”, enfatizó haciendo nota de cuán única es esta experiencia para cualquier persona, más aún para estudiantes.
Sin ánimos de negarlo, Regner nos contó lo retante del proceso, entre sesiones de brainstorming, búsquedas de cotizaciones para producir en Milán, propuestas de auspicios fallidas, los mil emails al día y cambios de ideas. Con la fecha de inauguración fijada para mayo, los últimos meses han sido intensos. Sin embargo, junto a sus estudiantes, ya se prepara para ir a Milán a dar los toques finales del pabellón que representará a Puerto Rico frente a miles de personas.
Exploraciones futuras
La conversación no podía acabar sin conocer un poco de esos espacios y arquitectura con la que Regner conecta (o ha conectado). Luego de la sorpresiva mención del aeropuerto, por su contexto emocional y las historias que salen de ahí, Regner hizo también mención de la arquitectura brutalista- dando un hint al por qué del espacio en nuestra sesión de fotos.
“El cemento es un material duro, honesto, que no busca ser otra cosa que lo que es. Es esta cuestión de ser quien yo soy, aquí en la IUPI, allá en Londres o en mi casa en Aguada”, elaboraba Ramos.
“This is who I am, y no intento ser otro”.
Más allá del Pabellón, Regner tiene dos libros próximos a publicar en verano, productos de su proyecto Cüirtopia. Desde ángulos un poco distintos para cada libro, su misión fue que estos visibilizaran las voces de muchas personas a través de la historia, de lugares y vivencias.
Desde la academia hasta la práctica, Regner Ramos continúa abriendo espacios para conversaciones necesarias, dejando huella en cada proyecto y cumpliendo con la visión que tuvo desde sus tiempos de estudio: “I want to be great”.
Para conocer más de cada una de sus facetas y seguir su trayectoria, accede a sus redes sociales: regnerama